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Un cuento breve y uno no tan breve
de Fabio Gómez Cardona

El «Asteroide mágico» y el «Internauta» son los dos cuentos que el profesor de Literatura Fabio Gómez Cardona comparte con los lectores de Magalico. Ambos textos expresan una crítica a la sociedad contemporánea de tecnócratas, seguidores del newage e internautas del porno.

Minicuentos de Fabio Gómez Cardona

El asteroide mágico

Había una vez una civilización dominada por científicos y tecnócratas, racionales y positivistas…

Cada vez que  dichos dirigentes se enmierdaban en sus propias teorías y llegaban a un límite donde nada podían explicar, sacaban de su sombrero un asteroide mágico que solucionaba todos sus problemas. El cambio climático, las civilizaciones desaparecidas, la lucha de clases, la extinción de las especies, el origen del hombre y de la vida y hasta el misterio de los huevos del gallo quedaban explicados. Así, la ciencia recuperaba su cordura hasta que se hiciera necesaria la aparición de un nuevo asteroide.


El internauta

Finalmente, tuvieron que internarlo en el hospital psiquiátrico.

Era un ejemplar representativo del tipo de personalidad newage o postmoderna que creía en la cybernética, los ángeles, la meditación trascendental, el naturismo, el paraíso prometido de Silicon´s Valley, y de vez en cuando, socialmente, fumaba marihuana.

De esta manera, había logrado integrar perfectamente la navegación por la red con los éxtasis místicos, que los gnósticos de la segunda mitad del siglo veinte llamaban, según una primitiva tradición, estado de jinas o viaje en cuerpo astral. Esto le permitía desde un ambiente acogedor, en la dulce penumbra de su cuarto y la calidez de su lecho, en posición decúbito dorsal y con un mínimo consumo de energía, visitar sus páginas web predilectas, bajar la información, imágenes, música y video, y chatearse con los cibernautas de los siete mares y los cinco continentes.

Los problemas comenzaron cuando, no se sabe si por una parada ocasional (y aquí la teoría del caos y los abanderados del azar tendrían mucho que explicar) o simplemente un acto inconsciente, o quizás también por la influencia de alguna fuerza demoníaca (no olvidemos que en épocas anteriores la humanidad fue azotada por legiones de íncubos y súcubos desesperados que solo el sacro poder de las hogueras logró poner en vía de extinción), llegó a una página web demarcada por una triple X altamente interactiva y adictiva.

Entonces se transformó en un adepto voraz de una especie de iglesia antigua de adoradores del hardcore, y saltaba desperadamente entre las latinas y las orientales, las ebony y las estrellas de cine, los gay, las lesb, y aún el sexo con niños y con animales, y ni los ángeles se le salvaron.

Hasta que un día, sin saber cómo, un infame y potente virus de última generación (o tal vez fuera algún grupo de las temidas larvas que acechan en el hiperespacio desde tiempo inmemorial a los practicantes de la magia negra, la alquimia sexual y otros cultores del poder mágico del kundalini) penetró en su red neuronal y comenzó a fallarle el sistema operativo.

La primera manifestación exterior de su nueva situación consistió en una exacerbada e incontrolable coprolalia que influyó lógicamente su capacidad de relación social y de comunicación y lo sumió en una afasia terrible que afectaba indiscriminada y alternativamente tanto el nivel paradigmático como el nivel sintagmático de su discurso, y la capacidad para distinguir entre las realidades reales, las virtuales y los mundos posibles de lo imaginario y lo fantástico.

Así, cuando hablaba con su jefe, en la oficina, no podía vencer la tentación de llamarlo Doctor Culo, y a las secretarias les agarraba las tetas, y sobaba lascivamente a sus compañeros de trabajo por detrás y por delante y aún las personas desconocidas eran asediadas por su vocabulario y sus actuaciones procaces e incoherentes.

Procurando enmendarse, en un incipiente y desesperado acto de contrición, en una repentina toma de conciencia, o probablemente gracias a la intervención salvadora del Angel de la Guarda mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, visitó un site donde las profecías marianas hacían juego con los archivos X, millenium y los mensajes ecuménicos del vaticano y entonces tuvo un encuentro cercano de tercer tipo y fue abducido por un extraño grupo de seres sin rostro, vestidos de blanco que lo introdujeron fuertemente atado en una nave que irradiaba grandes haces de luz roja a intervalos regulares mientras se desplazaba vertiginosa a través de una vía llena de luces centelleantes y que producía un ulular semejante al gemido placentero de una gigantesca mujer en trance de orgasmo.


¿Quién es Fabio Gómez Cardona?

Es docente de la Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle. Se tituló como doctor en Estudios Ibéricos e Iberoamericanos en la Universidad Michel de Montaigne, Francia. Sus líneas de investigación son la literatura colombiana, la literatura latinoamericana, la conjunción entre literatura y cultura, además de la interculturalidad y la literatura Indígena.



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