Un niño recoge las cenizas de su padre muerto en el norte de México. Allá encuentra a un hombre que recluta empleados para la industria de las maquilas, y decide quedarse algunos días para trabajar con él. Esta propuesta cinematográfica se para de frente ante un sistema que atraviesa la vida de miles de personas en México y les rompe el alma o los huesos.

Haití y República Dominicana comparten la isla de La Española; sin embargo, desde el siglo XX las relaciones entre ambos no han sido cordiales. En un intento de «blanquear» su población, en el 2013 la Suprema Corte de la República Dominicana quitó la nacionalidad a millones de habitantes descendientes de padres haitianos, dejándolos apátridas y sin derechos. 

Este arriesgado documental sigue a Elena Lorac, una abogada que batalla contra la burocracia en un país infestado de corrupción y racismo al tratar de devolverle su estatuto ciudadano a varios dominicanos descendientes de haitianos.

Este bello documental retrata el camino a la primera comunión de Laura, una niña que hace tres años era Óscar. El filme se centra en el fin de la infancia y el inicio de la pubertad de Laura. Y justo ahí, en esa época de cambios irreversibles, muestra cómo se cristalizan las tensiones en la familia, a la vez que relata el florecimiento de los anhelos de la nueva niña. Cine que genera conversación y debate.

Jorge es un joven campesino, el único de su generación que decidió quedarse en la finca de su familia y cultivar café en las montañas de Antioquía. Cuida de su abuelo, un anciano senil que no puede moverse por sí mismo, y batalla por sacar su cultivo adelante mientras una plaga destruye las plantaciones. 

Los amigos que una vez se fueron a la ciudad deciden volver al pueblo y organizar una fiesta; entonces, el pasado que acecha a Jorge regresa en forma de amor y amistades que no volverán a ser lo mismo. Una fotografía impecable y un guion sutil pero turbulento envuelven este filme, que seguro dará mucho de qué hablar en los próximos años.

Senobia Cerrud fue una anciana que, como toda la humanidad, entendió que un día iba a perecer. Para sobreponerse a la muerte, decidió crear un museo en su casa. Luego de que Senobia fallece, dos directoras visitan el museo y entrevistan a las amistades de la anciana: estas se ponen la ropa de la difunta, y hablan, desde el fondo de su alma, sobre lo que significa envejecer. 

Este es un banquete visual y sonoro por el ocaso de una vieja que decidió transformar cualquier objeto a la vista en una potente obra propia. Con el ritmo de un relojero preciso e imparable, el documental nos enfrenta ante el olvido y las ganas de permanecer siempre, mientras nos recuerda, con cada segundo del metraje, que para la tranquilidad hay que hacer nuestro propio museo.