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#SOSBibliotecasCali: «Hay bibliotecas que no tienen servicio de agua potable ni de energía».
¿Qué ocurre con la Red de Bibliotecas Públicas de Cali?

Magalico entrevistó a una persona que presta servicios bibliotecarios en la Red de Bibliotecas Públicas de Cali para conocer la problemática actual de la Red. Hay problemas de infraestructura y de pago de salarios a los bibliotecarios, entre otros asuntos de interés para la ciudadanía. Nos reservamos el nombre de la persona entrevistada.

Red de Bibliotecas Públicas de Cali

El 30 de junio circularon en las redes sociales dos comunicados preocupantes. Alejandro Lorenzo César Santa, presidente de la división regional para América Latina y el Caribe de la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA), divulgó desde Buenos Aires su «apoyo al colectivo de Bibliotecas a La Calle de Colombia en defensa de las bibliotecas públicas de Cali». En el comunicado se insta a «las autoridades pertinentes a priorizar la inversión en cultura y educación, reconociendo la importancia de estos espacios para el bienestar y el desarrollo de la comunidad».

El mismo día, el Colectivo Bibliotecas a la Calle emitió un comunicado en cuyo inicio se afirma que «la Red de Bibliotecas Públicas ha pasado de ser una de las más prósperas del país a estar hoy agonizando». En el comunicado se mencionan problemas en las «condiciones infraestructurales de los espacios» y un total de «12 bibliotecas con procesos de gestión de calidad certificado, cuando las bibliotecas tienen profundas fallas estructurales y físicas».

Frente a este panorama, nos preguntamos qué es lo que ocurre con la Red de Bibliotecas Públicas de Cali. Contactamos a una persona que presta servicios bibliotecarios en la Red para conocer más sobre esta problemática. 

Lee la entrevista completa a continuación.

¿Qué es lo que ocurre ahora en la Red de Bibliotecas Públicas de Cali?

Es importante señalar, en primer lugar, que lo que está ocurriendo no es nuevo. Varios compañeros y compañeras comentan que los conflictos en la Red se presentan desde hace años. La Red está en una situación de abandono por parte de la Administración local. Uno de los principales problemas que afrontamos es el deterioro de su infraestructura, no solo material, sino también cultural.

Infraestructura

Hay bibliotecas que no tienen servicio de agua potable ni de energía. Incluso, no tienen servicio de internet. Algunas se inundan cuando llueve, las colecciones de libros y las estanterías se dañan por la entrada de la lluvia. Hay bibliotecas que son herméticas, es decir, no tienen entrada de aire y los acondicionadores de aire están dañados desde hace meses, y vivimos en una ciudad con una elevada temperatura. La comunidad no puede usar estos espacios de manera cómoda para desarrollar las múltiples iniciativas culturales y de formación que tienen lugar dentro de la Red.

En Cali existen aproximadamente 60 espacios bibliotecarios. Hay que señalar que no solo tenemos bibliotecas, sino también los lugares del biblio-MIO y un segmento de espacios no convencionales. En estos espacios se trabaja bajo condiciones totalmente complejas. Por ejemplo, estamos en un momento en que la sociedad necesita la conectividad, y podemos decir que un alto número de bibliotecas de la Red no cuentan con servicio de internet. Esto tiene implicaciones muy graves, pues impide que se le brinde a la comunidad la conectividad como un derecho de acceso a la información y a la cultura.

Entrevista con una persona que presta servicios bibliotecarios en la Red de Bibliotecas Públicas de Cali
Pantallazo del encuentro en Zoom para llevar a cabo la entrevista. La fuente es reservada.

Ausencia de conexión a internet

Nosotros necesitamos una sistematización de nuestros servicios, que están anclados al Sistema Nacional de Información Llave del Saber. Sin acceso a internet, no podemos sistematizar este tipo de servicios y todos los que prestamos. ¿Esto qué ha implicado? Existen bibliotecarios y bibliotecarias que tienen que pagar de su salario estos servicios, pagan planes de datos para acceder a la Llave del Saber. Hay bibliotecarios que de su salario han pagado el servicio de energía de sus bibliotecas para que puedan funcionar, como si no fueran entidades que están al servicio público, como si no dependieran de la Administración, de los impuestos que paga la comunidad. Hay bibliotecarios que después de terminar su jornada laboral deben hacer el registro de los servicios durante la noche en sus casas porque no hay internet en la biblioteca. Un bibliotecario termina trabajando no 8 horas al día, sino 12 o 15 para sistematizar los servicios y demás.

Hay bibliotecarios que de su salario han pagado el servicio de energía de sus bibliotecas para que puedan funcionar

Contratación de los bibliotecarios 

Por si no fuera suficientemente catastrófico todo lo anterior, tenemos un agravante: la contratación de los bibliotecarios. La Red de Bibliotecas Públicas de Cali cuenta con aproximadamente 180 funcionarios, entre bibliotecarios, promotores de lectura, trabajadores del área de, digamos, sistemas, funcionarios de comunicaciones y la mesa técnica (que son las coordinaciones). Todos tienen contratos de prestación de servicios, que suelen ser de 2 o 3 meses. No hay contratos a término fijo, mucho menos a término indefinido. Esto ha tenido unas consecuencias graves. Profundicemos un poco.

La Red no cuenta con una sola persona nombrada por la Administración distrital. En el reglamento de la Secretaría de Cultura ya están los cargos para los nombramientos de las bibliotecas, pero no se han hecho. Ha faltado voluntad política porque los cargos ya están reglamentados para nombrar a las personas que garanticen la prestación de los servicios en el tiempo, con coherencia y continuidad de los espacios bibliotecarios, de manera que no se deje vulnerable al prestador del servicio. Nosotros permanecemos con el temor de que en 2 o 3 meses ya no tengamos contrato, que nos puedan cambiar «a dedo». Hay personas que hacen excelente su trabajo, pero las sacan por voluntad de alguien que tenga una cuota política que quiera poner en la Red.

Nosotros permanecemos con el temor de que en 2 o 3 meses ya no tengamos contrato, que nos puedan cambiar «a dedo»

A pesar de que somos contratistas, nos obligan a cumplir un horario. Somos prestadores de servicios y por ley no tendríamos que cumplir horarios, pero se nos obliga a cumplirlos bajo la amenaza de que no se renovarán los contratos. Adicionalmente, tenemos situaciones de bibliotecarios y bibliotecarias que por cuestiones administrativas, es decir, por trámites, han pasado hasta 3 meses sin recibir la cuota del salario que les corresponde por mes. Hemos tenido casos de coordinadores, bibliotecarios y bibliotecarias que han pasado 3 o 4 meses sin salario, esto por los tiempos de los trámites de contratación, errores administrativos, etc. Es un escenario repetitivo.

Galardones y necesidades básicas 

Podría hablar de una gran cantidad de situaciones problemáticas. En resumen, tenemos bibliotecas cayéndose por la falta de inversión, sin capacidad de prestar servicios dignos porque no hay inversión ni siquiera en lo fundamental, en los servicios públicos. Hemos tenido compañeras que atendieron a la población a la luz de las velas; realizaron procesos de lectura con velas en las bibliotecas. Es una situación absurda. Hay bibliotecas que ganaron premios de la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA). Los funcionarios de la Alcaldía se toman las fotos con esas bibliotecas, sacan pecho, sacan la noticia, y esas bibliotecas ahora tienen trabajadores a los que les deben 3 meses de salario. Algunas de esas bibliotecas tienen goteras, no tienen los equipos de trabajo completos, etc. Está afectada, incluso, la salud mental de los bibliotecarios.   

Biblioteca Centro Cultural Comuna 1. Ganadora del IFLA Green Library Award 2022. Foto recuperada de Alcaldía de Santiago de Cali.

¿Cómo es la situación en cuanto a la posibilidad de generar eventos y espacios culturales en la Red de Bibliotecas Públicas de Cali si, como ya quedó manifestado, hay inconvenientes de infraestructura?

La situación es similar. La Red de Bibliotecas Públicas de Cali tiene unas fuentes de financiación bastante limitadas, y el recurso del que dispone, además de que debe ser operado por una entidad privada, es mal ejecutado. Cuando un bibliotecario desea propiciar eventos culturales, no puede reconocer económicamente el trabajo de los colectivos, los profesionales, los artistas, los promotores, etc. No puede hacerlo porque si uno dice que tiene un evento con unos escritores y que hay que pagarles su tiempo y su trabajo, la respuesta es que hay $150 000, por ejemplo, y eso es muy poco. Para prestar estos servicios, las personas invitadas (amigos del personal de las bibliotecas) ponen su capital cultural y social y trabajan con amor. Estas personas lo hacen por gusto. Si yo llamo a un amigo poeta para que dé un recital y se aprueba un pago de $150 000, hay que esperar que el operador se digne de ejecutar el recurso. Esa persona podría esperar hasta 6 meses sin recibir lo acordado. Esto es frustrante para la gestión cultural que hacemos los bibliotecarios.

Uno llama a las personas y toca decirles que no se les puede ofrecer dinero, y si se les ofrece (que es lo que merecen) la entidad va a quedar mal y de entrada uno va a quedar mal porque es quien está contactando a la persona. Nos parece humillante tener que llamar a las personas para pedirles su trabajo, su creatividad, su esfuerzo sin poder reconocerles nada. Estamos en una encrucijada terrible. No hay un escenario adecuado para hacer gestión cultural en la Red de Bibliotecas Públicas de Cali.

Nos parece humillante tener que llamar a las personas para pedirles su trabajo, su creatividad, su esfuerzo sin poder reconocerles nada

En vista de esta situación, ¿cuál es el papel que cumplen los gestores culturales en las bibliotecas? ¿Qué pasaría si los gestores culturales no ofrecieran servicios voluntarios en las bibliotecas?

En la práctica, las bibliotecas prestan ocho servicios diferentes. El primer servicio es el préstamo externo de libros. Los usuarios tienen derecho a llevar los libros a sus hogares y devolverlos. Es parte del esquema de circulación del libro y el acceso a los bienes culturales. Es un derecho constitucional. El segundo servicio es el acceso a internet. Esto es paradójico: la Red tiene certificación de alta calidad en este servicio, pero como ya lo manifesté hay bibliotecas sin internet. Uno se pregunta cómo pasó esto, cómo es posible que Icontec haya certificado un servicio que las bibliotecas no pueden prestar como de alta calidad.

El tercer servicio es el desarrollo local. Las bibliotecas disponen sus espacios para el desarrollo de actividades de interés comunitario. Disponen tanto la infraestructura como su capital humano. El cuarto servicio es la promoción de lectura, escritura y oralidad. Es la formación de lectores, la creación de clubes de lectura, entre otros espacios acordes a esta misión. El quinto servicio es la referencia. Se trata de satisfacer el derecho a la información de los colombianos. Se apoya a los usuarios en requerimientos informacionales y se les posibilitan los medios para resolverlos. El sexto servicio es la formación y alfabetización de los usuarios. Son todos los procesos encaminados a satisfacer parte del derecho a la educación de los colombianos. Se posibilitan los medios para adquirir habilidades y conocimientos diversos. El séptimo servicio es la consulta en sala. Ocurre cuando los usuarios usan la capacidad instalada de la biblioteca para leer, dibujar, jugar, para lo que sea que necesiten una mesa y una silla. El octavo servicio es la programación cultural

No solamente prestamos libros; la biblioteca asiste a un paradigma que es totalmente diferente en la actualidad, y un ejemplo es la Red de Bibliotecas Públicas de Cali, entre otras cosas, porque su historia es una historia de bibliotecas comunitarias. Luego la Administración las adoptó como bibliotecas públicas, pero su origen es mayoritariamente comunitario. Si las personas que estamos ahí tomáramos la decisión de no contactar a los gestores culturales y artistas de la ciudad para ayudar a las bibliotecas, estas serían espacios muertos.

Si las personas que estamos ahí tomáramos la decisión de no contactar a los gestores culturales y artistas de la ciudad para ayudar a las bibliotecas, estas serían espacios muertos

Cali es una ciudad que no tiene hábitos de lectura fortalecidos. Si la vida de la biblioteca solo fuera la lectura, la Red no existiría. Los espacios de programación cultural están destinados al acceso a las diferentes manifestaciones y expresiones de la cultura en condiciones de igualdad, como lo dice la Constitución. Las bibliotecas, lejos de ser espacios a los que la gente solamente va a leer, son lugares precisamente para el desarrollo cultural; en estos las comunidades encuentran primeros auxilios emocionales, en ellos las personas que son víctimas de diferentes violencias sociales encuentran un refugio, encuentran la posibilidad de acceder a cosas a las que en ninguna otra parte tienen acceso sin la necesidad de estar atravesadas por el consumo. Todos los servicios son gratuitos, todo lo que se hace es gratuito, ¡todo!, en fin… O gratuito no, es público porque todos los servicios los estamos pagando con nuestros impuestos, que también es la cara de retroactividad, por así decirlo, o de retorno social que le dan las bibliotecas a la comunidad, y es ahorrarles plata en el acceso a determinados recursos.

Cuando nosotros no estamos en la capacidad (por la desfinanciación) de retornar socialmente lo que por impuestos le corresponde a la gente, estamos efectivamente ante un error de administración pública, ante un caso de corrupción. Si una persona va a una biblioteca y necesita conectividad a internet y esa biblioteca no se la puede prestar, la están robando. Cuando una persona se acerca y busca una oferta cultural en la que se estén dignificando a los agentes culturales y no la encuentra, y por eso mismo los agentes culturales no quieren trabajar más con la Red, se está robando a esa persona y a esa comunidad. Las bibliotecas son espacios que no están pensados para el consumo, para el negocio, para la riqueza y la rentabilidad… Son espacios pensados para la recreación humana. Como no son negocios, no son prioridad en una cultura que lamentablemente quiere volver también las expresiones culturales en un negocio.

Las bibliotecas son espacios que no están pensados para el consumo, para el negocio, para la riqueza y la rentabilidad… Son espacios pensados para la recreación humana

Es importante entender que las bibliotecas son condensadoras de las expresiones culturales de la ciudad. En las bibliotecas pasa mucho y de hecho nacen muchas de las iniciativas que se fortalecen en la ciudad. A nivel cultural, el Festival Internacional de Poesía nació en la Biblioteca Pública Patrimonial del Centenario. Tenemos un festival de narración oral en la Biblioteca Pública Nuevo Latir, que atiende a una gran cantidad de la población afrodescendiente ubicada en el oriente de Cali. Tenemos el Festival al Viento de la comuna 1, un festival maravilloso que ha sido referente internacional, y esa biblioteca de la comuna 1 se ganó un reconocimiento internacional.

Biblioteca Pública Centro Cultural Nuevo Latir. Foto recuperada de Alcaldía de Santiago de Cali.

Con toda esta problemática de la Red de Bibliotecas Públicas de Cali, ¿qué es lo que pierde la ciudadanía caleña?

Pierde muchísimas cosas. Lo primero es que la ciudadanía pierde plata. Hay una serie de recursos que son públicos y no se están ejecutando bien, ni eficaz ni pertinentemente. A la ciudadanía, hay que decirlo, la están robando. Les están robando sus impuestos; pierden dinero, pierden la posibilidad de participar de un espectro muy amplio de servicios que presta la Red en materia cultural y académica.

La biblioteca es una de esas últimas instituciones en las que existe un espectro de libertad muy amplio para desarrollar procesos de aprendizaje, de formación cultural, de vínculos comunitarios, de participación ciudadana. Yo creo que el desinterés, la desfinanciación, el abandono de las bibliotecas tiene que ver con que en ellas hay mucho más que en las instituciones escolares públicas o privadas; se reconoce un pequeño atisbo de, llamémoslo así muy coloquialmente, resistencia ciudadana porque es un espacio de libertad.

Biblioteca Pública Patrimonial del Centenario. Foto recuperada de Alcaldía de Santiago de Cali.

Para evitar esa pérdida, hemos iniciado esta campaña de #SOSBibliotecasCali. Tenemos una agenda ya hecha para movilizar los esfuerzos necesarios para salvaguardar las bibliotecas de la Red de Bibliotecas Públicas de Cali. Vamos a sentar a los candidatos a la Alcaldía para que nos muestren en sus planes de gobierno dónde está la Red de Bibliotecas. Los vamos a comprometer. Esto no puede seguir pasando.

Consejo distrital de bibliotecas 

Para cerrar, quiero comentar que estamos en la creación de un consejo distrital de bibliotecas que tenga precisamente participación en el Concejo. Este es un espacio de participación que se nos ha negado. Necesitamos tener uno o varios representantes de la Red de Bibliotecas Públicas de Cali en los espacios de toma de decisiones administrativas. Actualmente, la Red no es ni siquiera una entidad formal en el plan de desarrollo distrital, sino que es un programa. Un programa no alcanza el nivel de política pública. Estamos luchando por salir del plan para hacer una política pública de lectura, escritura y oralidad en Cali



Magalico

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