La coma mata o da vida:
4 usos de la coma para comunicar

La coma tiene diversas funciones comunicativas. En este artículo abordaré solamente 4 de ellas, pues no se trata de un manual de uso de la coma, sino de una exploración reflexiva sobre su valor comunicativo en la escritura. El enfoque es más práctico que normativo.

Jorge Medina

Uso de la coma

La coma mata o da vida. Una coma mata la acción, al sujeto, al sentido; también puede darles vida a una intención, al ritmo y a la comunicación. Cambiar la coma de lugar es suficiente para alterar el sentido de una frase. Este es el segundo de una serie de artículos sobre la puntuación como pieza clave en la comunicación escrita. Aquí puedes consultar el primer artículo: «Los signos de puntuación son clave para comunicar».

Te mostraré 4 casos que seguramente usas con frecuencia:

  1. La coma vocativa o provocativa.
  2. La coma que separa, ¿o une?
  3. La coma asesina o criminal.
  4. La coma que reemplaza.

La coma vocativa o provocativa

Poner o quitar esta coma puede causar provocaciones (no siempre afortunadas):

  1. Vamos a comer, amigos.
  2. Vamos a comer amigos.

Las palabras son las mismas, pero las posibilidades de sentido son dos, y dependen de la presencia o ausencia de ese sutil trazo al final del verbo.

En 1 tenemos la coma del vocativo. Esta coma nos aísla al sujeto al que le dirigimos el mensaje. En este caso, el sujeto es plural: «amigos». La coma al final del verbo «comer» indica que hasta allí va el mensaje que le dirigimos a los amigos. Es decir, les decimos a los amigos que vamos a comer

En 2 la situación es muy diferente: no hay coma que separe al vocativo; por lo tanto, no hay un sujeto explícito al que se le dirija el mensaje, sino que los «amigos» son parte del mensaje central. De esta manera, los «amigos» se unen directamente a la acción: «comer». El resultado es simple: «comer amigos». La invitación es a comer amigos, ¿y esto qué puede significar?

Corrección de textos

En estos ejemplos puedes notar de inmediato que la coma es importante en la comunicación escrita, no tanto por lo que diga la norma, sino por las posibilidades de sentido que nos proporciona. Esto es más importante que aprender la norma. 

Debes preguntarte qué es lo que esperas comunicar: si tu invitación es a ir a comer en compañía de tus amigos, la coma es clave para asegurarte de comunicar ese sentido y no otro. Este doble sentido puede resultar gracioso en algunos casos, pero en otros puede ser el origen de un gran malentendido según el contexto y la importancia del mensaje. Veamos otro ejemplo: 

  1. Andrés debe hacer la tarea María.
  2. Andrés, debe hacer la tarea María.
  3. Andrés debe hacer la tarea, María.

En 1 no sabemos de quién se habla ni a quién se le habla. El grado de ambigüedad es enorme. En 2 hay legibilidad: se le dice a Andrés que María debe hacer la tarea. La coma permite identificar que «Andrés» es el vocativo, es decir, el sujeto al que se le dirige el mensaje, y el mensaje es claro: María debe hacer la tarea. 

En 3 también hay legibilidad: se le dice a María que Andrés debe hacer la tarea. Es el caso inverso de la opción 2: ahora el vocativo es «María»; es a ella a quien se le da el mensaje. 

Observa cómo el uso de la coma ayuda a precisar el contenido del mensaje escrito. En la oralidad es más fácil detectar el vocativo, pues nos valemos de una entonación evidente y de la compañía de gestos. 

Si pones la coma en el lugar incorrecto, tu mensaje podría entenderse de manera equivocada, y esto puede provocar problemas en escenarios en los que la comunicación asertiva es fundamental, como en los correos electrónicos del trabajo o en consultas administrativas. También puede presentarse el malentendido en la cotidianidad de la escritura a través de las redes sociales.

Si pones la coma en el lugar incorrecto, tu mensaje podría entenderse de manera equivocada, y esto puede provocar problemas en escenarios en los que la comunicación asertiva es fundamental

Explica José Antonio Millán que la palabra «coma» proviene del griego «comma», que significa «trozo, corte», «y en efecto: representa el menor corte, la pausa más pequeña que se marca dentro de un enunciado». Esta pausa, como notamos en los ejemplos anteriores, no es para respirar o descansar de la lectura. Se trata de una pausa de sentido que nos señala al vocativo.

Pasemos al segundo uso de la coma.

La coma que separa, ¿o une?

Millán plantea una situación interesante: la coma no separa, sino que une. ¿Cómo logra unir este signo que delimita una pausa? Justamente, lo logra porque es una pausa de sentido, una señal cargada de significado. 

La coma se usa en las enumeraciones:

  1. Rodolfo caminó, comió, lloró, gritó y durmió, todo en un lapso de 4 horas. 
  2. Rodolfo caminó comió lloró gritó y durmió todo en un lapso de 4 horas.
  3. Rodolfo caminó y comió y lloró y gritó y durmió todo en un lapso de 4 horas.
  4. Rodolfo caminó y comió y lloró y gritó y durmió, todo en un lapso de 4 horas.

En 1 tenemos una serie de acciones que realizó Rodolfo: caminó, comió, lloró, gritó y durmió. También tenemos un contexto temporal: todas estas acciones las realizó en un lapso de 4 horas.

En 2 tenemos las mismas palabras, pero sin las comas. ¿Es un enunciado legible? Aceptemos que, si bien podría entenderse, no nos ayuda mucho esa redacción. Visualmente, es fácil identificar la serie de acciones, pero esto no justifica la ausencia de la coma, pues al apartarla de nuestra intención comunicativa no disminuimos mucho las posibilidades de la incomprensión. 

Recuérdalo siempre: escribir con precisión es disminuir las posibilidades de la incomprensión; en otras palabras, es ayudarle al lector a entendernos con más facilidad (aunque no exista garantía de comprensión total).

Recuérdalo siempre: escribir con precisión es disminuir las posibilidades de la incomprensión

En 3 tenemos un encadenamiento de las acciones a través de la «y». ¿Es más legible que la opción 2? ¡Desde luego que lo es!, ¿y es más legible que la opción 1? No necesariamente, pero podemos acordar que tanto la 1 como la 3 logran comunicar mucho mejor que la 2. Aquí es cuando Millán dice que la coma une: si usar la «y» cumple la función de la coma, entonces esas comas tienen un rasgo de unión antes que de separación. ¡Interesante punto de vista!

Estoy de acuerdo con esa apreciación, sin embargo, no ignoremos que la coma tiene también una intención de separar. Si comparamos la opción 1 con la 2, descubrimos que la opción 2 necesita una separación de las acciones para mejorar la legibilidad del enunciado. Esa separación de la coma es breve, sutil, tan pequeña que también une. ¡Es una pausa de sentido!

¿Y qué pasa con la opción 4? ¿En qué se diferencia de la 3? Hay una coma al final de la última acción: «durmió,» (al igual que en la opción 1). ¿Qué función tiene esta sutil pausa? Es simple: esa coma permite separar la acción «durmió» del complemento «todo en un lapso de 4 horas». No es lo mismo decir que durmió todo en un lapso de 4 horas que decir que todas las acciones descritas las realizó en un lapso de 4 horas. Para alguien tal vez esa coma sea innecesaria; para mí, es clave. ¿Tú qué opinas?

Vamos al tercer uso de la coma.

La coma asesina o criminal

Se le llama coma asesina o coma criminal a la que se pone entre el sujeto y la acción, o entre la acción y el complemento:

  1. Los estudiantes, hicieron mal la tarea sobre el uso de la tilde.
  2. Los estudiantes hicieron mal la tarea, sobre el uso de la tilde.
  3. Los estudiantes hicieron mal la tarea sobre el uso de la tilde.

La estructura natural y más legible de las oraciones es sujeto + verbo + complemento. Recuerda que el verbo es la acción del sujeto, y toda acción puede complementarse con un espacio en el que se desarrolla o un tiempo o cualquier otra circunstancia.

En este caso, la oración bien escrita es la 3. En esta, ¿quién es el sujeto? Es un sujeto plural: «Los estudiantes». ¿Cuál es la acción? «Hicieron mal la tarea». ¿Sobre qué era la tarea? «Sobre el uso de la tilde». Esta estructura básica no necesita puntuación, pues rompería las uniones lógicas entre sus partes

En 1 la coma está cortando la relación entre el sujeto y su acción. Esa coma es quizá el error más frecuente en la puntuación. Tal vez se emplea porque buscamos darle énfasis a la acción, y para esto consideramos que estaría bien marcar ese énfasis mediante la pausa de una coma. 

En la oralidad ese énfasis es común. Sin embargo, en la escritura no debe traducirse mediante una coma. Esto es un error, pues corta la conexión lógica entre esos elementos que conceptualmente deben unirse.

En 2 ocurre un caso similar. Esta vez la coma se puso antes del complemento. También es un error, pues obstaculiza la conexión lógica entre la acción y el contexto que le da sentido. 

Hay una situación en la que es posible (o necesario) usar la coma entre sujeto y acción: cuando incluimos un inciso. ¿Qué es un inciso? Es una unidad de información que nos permite explicar algo en el medio de la oración:

  1. Los estudiantes, distraídos como siempre, hicieron mal la tarea sobre el uso de la tilde.

En este caso tenemos una posible explicación de por qué hicieron mal la tarea. Para darle legibilidad, conviene delimitar el inciso entre comas. Siempre debe ir entre dos comas, que en este caso se asemeja a la función de los paréntesis

En este ejemplo ya no hay coma asesina. Sin embargo, no pierdas de vista que no es recomendable introducir incisos entre sujeto y verbo, a no ser que sea necesario y la oración no sea muy extensa. Entre más extensa sea una oración, más difícil es comunicar con ella. No encadenes muchos incisos en tus oraciones. No hagas esto:

  1. Los estudiantes, distraídos como siempre, pues es muy normal en esta generación de teléfonos y redes sociales (no como la de nuestros padres), hicieron mal la tarea sobre el uso de la tilde.

Entre más extensa sea una oración, más difícil es comunicar con ella

Esa oración no es tan legible. La puntuación es correcta. De hecho, se decidió usar paréntesis para no repetir tantas comas, lo cual es una buena decisión. Sin embargo, ese encadenamiento de información explicativa obstaculiza el sentido central de la oración. Siempre prioriza el sentido central, la información básica

En este tipo de oraciones lo correcto es hacer ajustes para dejar en primer lugar la información central:

  1. Los estudiantes hicieron mal la tarea sobre el uso de la tilde. No me sorprende, pues son distraídos. Esto es muy normal en esta generación de teléfonos y redes sociales (no como la de nuestros padres).

Ahora incluimos el punto. En otro artículo te explicaré las funciones comunicativas del punto. Suscríbete aquí abajo para que lo recibas cuando esté listo:

The form you have selected does not exist.

Por el momento, basta con que observes la importancia de revisar tus oraciones para que detectes las posibilidades de mejora. ¿Qué significa mejorar una oración? Significa buscar la precisión, jerarquizar la información, comunicar mejor. 

Pasemos, finalmente, al cuarto uso de la coma.

La coma que reemplaza

Hay una coma bastante particular: la coma que reemplaza. ¿Qué reemplaza? Por ejemplo, un verbo:

  1. Las personas que llegaron temprano, por este lado.
  2. Las personas que llegaron temprano por este lado.

¿Notas alguna diferencia de sentido entre 1 y 2? Observa que en 2 la lectura total parece indicar algo así: las personas llegaron temprano por este lado. Es decir, parece que se está indicando por cuál lado llegaron temprano las personas.

En 1, por su parte, la coma genera una entonación distinta, una pausa de sentido. ¿Esa pausa es suficiente para llevarte a considerar una intención diferente? Se trata de la coma que reemplaza; en este caso, un verbo (de hecho, la oración antes del paréntesis que acabo de abrir tiene el mismo uso de la coma: «en este caso, un verbo». Ya lo notarás con la siguiente explicación).

¿Qué verbo podría usarse en vez de esa coma de la oración 1? Depende del contexto. Puede ser el verbo «entrar» o «venir», así:

  1. Las personas que llegaron temprano entran por este lado.
  2. Las personas que llegaron temprano vengan por este lado.

Esa coma reemplaza un verbo que se considera implícito. Las acciones pueden hallarse implícitas porque el contexto es lo suficientemente claro para intuirlas. También puede ocurrir que el verbo ya se haya usado en la misma oración y omitamos repetirlo de nuevo. Para esto usamos la coma:

  1. Las personas que llegaron temprano entran por este lado; las que llegaron tarde, por esa puerta.

La acción «entran» se omite en la segunda frase porque puede entenderse implícita. Esa coma marca una entonación cargada de sentido. 

Notemos que el uso del punto y coma nos ayuda para tejer este tipo de oraciones. Mediante ese punto y coma unimos la segunda frase de manera que se entienda como parte integral de toda la oración. Pero no nos apresuremos: en otro artículo observaremos con detenimiento el uso del punto y coma. Suscríbete aquí abajo para que recibas el artículo sobre el punto y coma cuando esté listo:

The form you have selected does not exist.

Hay otros usos de la coma que podría abordar, pero no pretendo que esto sea un manual; basta con dejarte la idea de que es posible que veas la puntuación desde un punto de vista comunicativo más que normativo

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