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Poesía indígena colombiana:
Vito Apüshana, Fredy Chikangana y Hugo Jamioy Juagibioy

Poesía indígena colombiana. Estos poemas hablan del respeto a la tierra, el valor de la vida y la importancia de las enseñanzas de nuestros antepasados.

Imagen de Michi S en Pixabay 

Presentamos 11 poemas indígenas cortos de escritores indígenas colombianos, en su lengua original y traducidos al español. Son poemas de Vito Apüshana, Fredy Chikangana (Wiñay Mallki) y Hugo Jamioy Juagibioy, pertenecientes a las comunidades Wayuu, Yanakuna y Kamëntsá. Hay muchísimo valor en la poesía indígena colombiana.

Estos poemas indígenas hablan del respeto a la tierra, el valor de la vida y la importancia de las enseñanzas de nuestros antepasados.

Poemas de Vito Apüshana

Vito Apüshana es un poeta wayuu. Ha publicado obras de gran importancia como Contrabandeo sueños con alijunas cercanos (1992) y En las hondonadas maternas de la piel. Se ha desempeñado como gestor cultural y activista por la protección de los derechos humanos. Es uno de los grandes exponentes de la poesía indígena colombiana.

Dos poemas de Vito Apüshana

Miedo alijuna
Mañana llegarán nuevamente los aliijuna
y traerán más preguntas acerca de nosotros,
y nada sabrán sino escuchan el silencio de nuestros muertos
en cada sonido de nuestras vidas…
y nada se llevarán sino cuelgan sus miedos en el interior de las
mochilas familiares
y reciban, de nuestro temblor, el asombro de la madrugada…
junto al temor de los espantos.

Sümüshe’e alijuna
Anteena watta’a nachukuwa’a na alijunakanairua
je ko’omüinjeerü natuma nasakiijüin wanain
je nnojoleerü kasain natijaain o’u wachiki müle aka nnojorüle
naapajüin ko’utüin na waamakakanairua
sünainwai shi’ira tü wakuwa’ipakalüirua…
Je nnojoleerü kasain nalü’üjain müle aka nnojorüle nakacherüin tü
namüshe’ekaa sulu’u
tü sususiakalüirua apüshii
Je kamüinjeena, wamüshe’enainjee…
tü ainkia aa’in maaliajatkaa süma’alee sheema tü mmarülakalüirua.


Vivir-morir
Crecemos, como árboles, en el interior
de la huella de nuestros antepasados.
Vivimos, como arañas, en el tejido del rincón materno.
Amamos siempre a orillas de la sed.
Soñamos allá, entre Kashi y Ka’i, el Luna y el Sol,
en los predios de los espíritus.
Morimos como si siguiéramos vivos.

Kataa o’u-outaa
Mulo’ushii waya, müin aka saa’in wunu’u
süchikanainru’u tü wapüshi sümaiwajatkalüirua.
Kato’una waya, müin aka saa’in alekerü, süsheke’eru’u shi’nüin
tü weikaa.
Acheküshii waya weinshi sotpa’a tü miaasükaa.
A’lapujaashii waya cha’aya, sainküin Kashikaa je Ka’ikai,
suumainpa’a tü asheyuuwaakalüirua.
Outushii waya müin aka katakai wo’u.

Poemas de Fredy Chikangana (Wiñay Mallki)

Fredy Chikangana, cuyo nombre en lengua indígena es Wiñay Mallki («raíz que permanece en el tiempo»), es un poeta quechua pertenece a la nación Yanakuna Mitmak («gente que se sirve mutuamente en tiempos de oscuridad»), del suroriente del Cauca, Colombia. Conozcamos la poesía de Fredy Chikangana.

Cuatro poemas de Fredy Chikangana (Wiñay Mallki)

Puñado de tierra
Me entregaron un puñado de tierra para que ahí viviera.
«Toma, lombriz de tierra», me dijeron,
«Ahí cultivarás, ahí criarás a tus hijos,
ahí masticarás tu bendito maíz».
Entonces tomé ese puñado de tierra,
lo cerqué de piedras para que el agua
no me lo desvaneciera,
lo guardé en el cuenco de mi mano, lo calenté,
lo acaricie y empecé a labrarlo…
Todos los días le cantaba a ese puñado de tierra;
entonces vino la hormiga, el grillo, el pájaro de la noche,
la serpiente de los pajonales,
y ellos quisieron servirse de ese puñado de tierra.
Quité el cerco y a cada uno le di su parte.
Me quedé nuevamente solo
con el cuenco de mi mano vacío;
cerré entonces la mano, la hice puño y decidí pelear
por aquello que otros nos arrebataron.

Hapttay pachamanta
Ñukapi chaskichiy hapttayshuk pachamanta chaypipak causay
Caycca pachak´uikamanta ñukapiñiy:
Chaypi llank´ay, chaypi camay cjullu-huahua,
chaypi cjamuy qan muchhascca sara
Chaypacha pallacuy hapttay chay pachamanta
quinchaykuna rumimanta mana yakuimapak
ñukapimuyuy
huaccaychay ppuyñu maki ñukamanta, kcoñichiykuna
huaylluyñukamanta callarinari llank’ayman…
Punchau-punchau takipayman chayta hapttay pachamanta
chaypacha hamuy añankukuna, chillikpay, pisccotutapay
amarucuna ichupampak
munaypay yanapana hapttay chay pachamanta.
Quechuk quinchapay hucnin-cace ñoqaccoy kquitichayaqqe
Ñoka quepapuy yapamanta runalla
ppuyñu makihuan chusak
ñoka huiskcay makikuna, ruraypuyñukuna sinchicay maccanacuy
ima chay huc ñukanchi qquechuk.


Minga
Con el pie sobre la Madre Tierra
somos uno para todos sobre el ancho cielo.
Venimos del sol
pero también somos seres de la noche
del relámpago y el trueno;
aquí estamos como si fuéramos racimos de maíz,
bajo el humo espeso de la indiferencia.
Estamos cada día curtiendo nuestros cuerpos
en el trajinar de las horas,
retoñamos en minga
nos amarramos a la tierra
y como pájaros elevamos vuelo
hacia los sueños de la gente que indaga
en esta misma fuente.

Minka
Chakihuanpay jahuapi pachamama
ñukanchi shuk tukuypak jahuapi hanak-pacha.
Hamuy intipa
ñukanchiri tutacaymanta
choque illapa kcakyaripay
caypi riynacay saramaytu
uray kcosñipay sanku chiriyaypa
Caypi sapa-punchau hampiy ñokanchicara
astaypaypi pachak
sisay minkapi
ñukanchi ucllana pachata
piscoohuanpas hoccaricuy pahuay
payman mosccoycuna runak ima tapuycachay
caypi pucyuquiqui.


Todo está dicho
No tengo nada que decir
sobre el tiempo y el espacio que se nos
vino encima.
Todo está dicho.
Que hablen los ríos desde su agonía,
que hablen las serpientes que se arrastran
por ciudades y pueblos,
que algo digan las palomas desde sus
ensangrentados nidos;
yo,
hijo de tierras ancestrales,
no tengo nada que decir.
Todo está dicho.
Esos soles transcurridos
también algo tendrán en su memoria,
aquellas lunas que lloran con la lluvia
algo tendrán en sus recuerdos de amargura,
los árboles, los peces,
el último arco iris venerado
tendrán algo entre sus quejas;
yo,
hijo de dolores y esperanzas,
nada tengo que decir.
Todo está dicho.

Llapa ñisccay
Mana kquepiricuy imañiy
jahuapi pachapay ima pachapayri
hamuycay pataman.
Llapa ñisccay.
Ima rimarichiy yakucuna huañunayaymanta,
ima rimarichiy amarucuna ima aysacay
rayku hatun-llanta llaktaricuna,
ima imallapas ñiy urpikuna
yahuarchasccamanta kquesa
ñuka,
churo pachamanta ñaupacuna
mana kquepiricuy mana-ima ñiy.
Llapa ñisccay.
Intichay ñaupariy
imapas causayniyok-cay yuyay,
killachay ima huaccay tamiacunahuan
imallapas yuyaycay llakimanta,
sachhacuna, challhuacuna,
puchucakpay k´uichi yupaychanapak
imallapas huay-huapura
ñuka,
churi nanaycunamanta suyananchiri
mana ruranaymi imañiy.
Llapa ñisccay.


Hablando con los muertos
A veces hablo con los muertos.
En noches estrelladas
ellos iluminan los caminos zigzagueantes.
Cómo va la vida, me preguntan.
Y yo les digo:
«Aquí, mirando tanta muerte».

Rimarichiy huañushcacunahuan
May-maylla ñoka rimarichiy huañushcacunahuan
Coyllurtutapi
paypi k´anchachiy kinguñancuna
Rihina kawsaykuna tapuycay
Ñoqari ñiypayman:
«Ñawi caypi cchica huañushca».

Poemas de Hugo Jamioy Juagibioy

Poeta indígena Kamëntsá, del Valle de Sibundoy (Putumayo). Sus textos se han traducido al inglés, francés, italiano y portugués. Esta es la poesía indígena de Hugo Jamioy.

Cinco poemas de Hugo Jamioy Juagibioy

No somos gente
No somos gente de mundo ajeno
con anhelo de seguir viviendo;
no somos gente de territorio
de quienes mañana se escuche hablar
que nosotros fuimos.
No somos pueblo venido de otros lugares,
nuestras raíces son de aquí.
Somos árbol-hombre, somos gente, somos pueblo,
nacidos del fondo de la tierra,
árboles caminando por el lugar
heredado de nuestros taitas,
gente cuidando la armonía y equilibrio natural,
pueblo construyendo la casa
para que nuestros hijos
vivan felices y de manera natural.

Yent¨sang quematsmënëng
Inÿe luaróca yentsang quematsmënënga
jtsebosán bid jëftsebomnam;
ndocna luarentsa yentsang quematsmënëng
yëts mochantsuenan jtsichamuan
Bëng tsënjamna ca;
ndoñe inÿe luarëngocan Puebl shjajnëng
bëng camuentsëng fsëndmën yentsang
puebl fsëndmën.
Fshants jashenoiquentsan onynanëng
quem luarentsa oyjuay sosong
taitang tojëftsayents bashejuán
uáman luar uaishanÿang
uaishanÿang y enyeonan yentsang.
Chë luar enangmen Puebl
bëngbe báseng
oyejuayëng y quetsomñëngcá chamuetsiyenam.


Pon tus huellas
Se van cruzando
estos caminos
creados por tus abuelos;
son para encontrarse y darse la mano.
Pon tus huellas hijo,
así, seguirán viviendo.

Acbe shecuat¨s muinÿnaná
Mochanjenefn quem benachëng
acbe bëts Taitang tmojëftseboché;
mondmën jenefnam y cucuats jtenatsetayán;
soson acbe shecuats muinÿnaná
chcá mochanjobenay jtsayenam.


Yo no ando solo
Quién dijo que ando solo.
Tal vez me han mirado
caminar sin compañía
pero mi pensamiento
mi alma, mi espíritu
andan con mi gente
ellos piensan en mí.
Yo no ando solo.

Jtenonÿenam
Ba uatëng
sëndan jtenonÿenam.
Ntsam chtenonÿen
chë luareng
ndayents sënjabajtotents
atsbe fshantsentsán inÿoc entsemn.


Camina con tu pueblo
Si no quieres
que tu espíritu
se muera de hambre
camina con tu pueblo.

Acbe yent¨sangaftac jtsanan
Ndoñ tcontsebos
acbe espirit
shentsec chaojenacham
cach acbe yentsangaftac jtsanan.


Huellas
I
Si tus pasos no dejan huella
andas malgastando el tiempo…
II
En el camino ancho de la vida
tus pasos débiles
procura ponerlos sobre el agua.

Shecuat¨sëng
I
Acbe shecuatsëng ndoñ tmonjëftsinÿnanas
Tiempo ndoñ tsabá quecatabomá…
II
Tëntsá bid benachiñ
Acbe uenan anán
Tsabá inamn bejayiñ jtsëshbuajuan.


Fuentes

Apüshana, V. (2010). Shiinalu’uirua shiirua ataa: En las hondonadas maternas de la piel. Biblioteca básica de los pueblos indígenas. Ministerio de Cultura, Colombia.

Jamioy Juagibioy, H. (2010). Bínÿbe obeyejuayëng: Danzantes del viento. Biblioteca básica de los pueblos indígenas. Ministerio de Cultura, Colombia.

Mallki, W. (Fredy Chikangana). (2010). Samay pisccok pponccopi muschcoypa: Espíritu de pájaro en pozos del ensueño. Biblioteca básica de los pueblos indígenas. Ministerio de Cultura, Colombia.


Magalico

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